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| Dogan Gürbüz |
Junio es tiempo de memorias, pero la biblioteca escolar, que este curso ha iniciado el camino para convertirse en centro de recursos (BECREA), la ha sustituido por una evaluación. Las razones son varías: en primer lugar, las memorias suelen tender a la autocomplacencia y, aunque haya algunos motivos para alegrarnos, tratamos de huir de ella, como también intentamos evitar las reiteraciones, y buena parte de lo que hemos llevado a cabo ya se encuentra recogido por Vicedirección, y en la memoria de DACE e, incluso, en la de algunos departamentos y planes del centro. La memoria no permite ver el camino recorrido, pero hemos preferido analizar los pasos mal o no dados, para que ellos marquen las pautas de trabajo de quienes constituyan y coordinen el equipo de apoyo a la biblioteca.
Los indicadores de la evaluación siguen las pautas marcadas en Plan de Trabajo y Autoevaluación de la Biblioteca Escolar, Documento de referencia para Bibliotecas escolares DR 1/ BECREA, y se centran en las siguientes dimensiones:
1. Desarrollo curricular y educación en el uso de la información y de recursos documentales para el aprendizaje
2. Competencia lingüística y fomento de la lectura.
3. Infraestructura, gestión, servicios y recursos humanos.
4. Dimensión social y de cooperación.
5. Innovación, formación y supervisión.
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