WOLGEMUT, Michael; Danza de la muerte, 1493, grabado
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Puede ser interesante hacer un trabajo de
documentación sobre los distintos orígenes de esta fiesta. Se puede investigar
también las costumbres que aparecen asociadas a ella, e incluso sobre las
recetas de cocina propias de estos días. Y, por supuesto, ayuda a
contextualizar toda lectura el acercamiento a las formas artísticas de
representación de la muerte, bien sean musicales (Réquiems de Mozart, Verdi, Brahms, Donizetti, Dvorák), pictóricas o
escultóricas.
Partiendo de estas consideraciones previas, proponemos algunas lecturas de la que en ocasiones facilitaremos los enlaces:
De cómo murió trotaconventos e de cómo el Arçipreste faze su planto denostando e maldiciendo la muerte, de El libro del buen amor (hacia 1330-1343), de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, versos 1520 al 1578 de la edición de Jacques Josef.
Danza general de la Muerte, compuesta a principios del siglo XIV.
Partiendo de estas consideraciones previas, proponemos algunas lecturas de la que en ocasiones facilitaremos los enlaces:
De cómo murió trotaconventos e de cómo el Arçipreste faze su planto denostando e maldiciendo la muerte, de El libro del buen amor (hacia 1330-1343), de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, versos 1520 al 1578 de la edición de Jacques Josef.
Danza general de la Muerte, compuesta a principios del siglo XIV.
Coplas por la muerte de su padre o Coplas a la muerte
del maestro don Rodrigo, de Jorge Manrique, siglo XV.
Acto XXI de
La Celestina (primera edición
conocida de 1499) de Fernando de Rojas, que
contiene el planto de Pleberio por la muerte de su hija Melibea.
Del siglo XVI destacamos Al Duque D´Albaen la muerte de Don Bernaldino de Toledo, Elegía I de Garcilaso de la Vega,
siglo XVI, y Vivo sin vivir, de Teresa
de Jesús, de quien se celebrará su nacimiento durante el presente curso
académico.
Nos
adentraremos en el siglo XVII con De cómo
don Quijote cayó malo, y del testamento que hizo, y su muerte, que
encontraremos en el capítulo LXXIV de la 2ª parte de Don Quijote de la Mancha.
De la
poesía española del Siglo de Oro podemos seleccionar los sonetos de Francisco
de Quevedo titulados Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió, y Amor constante más allá de la muerte; el
poema de Luís de Góngora titulado En la muerte de una señora que murió moza en Córdoba; de Félix Lope de Vega, Que al amor verdadero no le olvidan el tiempo, ni la muerte, así como el soneto Estas que fueron pompas y alegrías, de
Pedro Calderón de la Barca.
En el siglo
XVIII está reflejado el tema de la muerte en A la muerte de Filis, de José Cadalso.
Más
abundante aparece este tema tratado en la literatura del siglo XIX: Quinta
Jornada de Don Álvaro o la fuerza del
sino, del Duque de Rivas, el artículo de Mariano José de Larra El Día de Difuntos de 1836, y en Leyendas
de Gustavo Adolfo Bécquer como El miserere o El Monte de las Ánimas.
Podemos
adentrarnos en el siglo XX con Una noche de verano estaba de Antonio Machado y Yo me iré de Juan Ramón Jiménez, para continuar con el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (Federico García Lorca), Si mi voz muriera en tierra y Los ángeles muertos (Rafael Alberti), Elegía a Ramón Sijé y
Vientos del pueblo (Miguel
Hernández), La muerte (Vicente
Aleixandre), Otros querrán mausoleos (Dámaso
Alonso), Consejo mortal (Gabriel
Celaya), Hombre y La tierra (lo eterno) (Blas de Otero) y Recordando un temblor en el bosque de losmuertos (Luís Rosales). Parece imprescindible también la lectura de Masa del peruano César Vallejo por los
valores literarios y humanos que encierra.
En el siglo
XXI cabe destacar el tratamiento de este tema por parte del arquitecto y poeta
catalán Joan Margarit, Premio Nacional de Poesía en 2008. De él son Réquiem por Ana, En una playa del Egeo y El
año en que murió.
Aurora Ríos y Julia Aguilar
Imagen: http://www.taringa.net/posts/offtopic/5437217/La-Danza-de-la-muerte-y-otras-representaciones.html
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