jueves, 12 de enero de 2012

CREACIÓN LITERARIA EN CLASE DE FÍSICA

En clase de Física es posible comprender la importancia de la energía solar con imaginación y haciendo buen uso de la expresión escrita, como hace Teresa Jiménez Casas:

"Me despierto, cómo no, antes de que suene el despertador, miro la persiana, sí, todavía es de noche, voy a ver qué hora es en el reloj, pero, sino se enciende la lucecita, me habré equivocado de tecla, pero no, le doy a las tres restantes y tampoco, bueno, me tumbo de nuevo, no, no puedo quedarme con esa duda: ¿qué hora es?, imagínate que llego tarde al instituto con la escusa “me he quedado pegada en las sábanas” ¡qué vergüenza, todos se reirían de mí! Salgo al pasillo para ver la hora, pero ¡tampoco se enciende la luz! Me tranquilizo, habrá sido un fallo técnico, así pues, me voy al balcon para intentar ver algún número con la poca luz del Sol, y de pronto, me paro delante de la cristalera, ¿dónde está el Sol?, y las farolas, ¿por qué están apagadas? Salgo corriendo, bueno, corriendo no, intentándolo, ya que a oscuras, es complicado. Despierto a mi madre y se lo cuento todo, ella va a revisar el registro de la luz, nada, mueve los diferenciales y no pasa nada! Entonces me dice “Teresa, es posible que hoy no vayas a ir a clase, si quieres, te puedes volver a dormir”. Y qué hago, me tumbo, pero no en mi dormitorio, sino en la terraza, en aquella hamaca azul en la que me dormía todas las noches de verano cuando era pequeña, dándome el aire al lado de aquel jazmín que me protegía de los mosquitos. Miro la Luna durante un rato, un tiempo largo y aburrido, y de repente, al escuchar el habla de mi hermana, se me ocurre una idea: es el día perfecto para coger el telescopio y observar las estrellas. A los cinco minutos ya estábamos allí toda la familia colocando el aparato en función de las estrellas, y así pasamos mucho rato entretenidos, hasta que dijo mi hermano “tengo hambre”, y era verdad, todos teníamos hambre, y es que, como estábamos tan entusiasmados con el cielo, no nos habíamos dado cuenta de que podían ser las dos, las tres o las cuatro de la tarde. Aquel día, comí mejor que nunca, jamón de “Pata Negra” en pan de molde con su aceitito y tomate en rodajas, ¡Dios mío, qué rico estaba! Pero después vino la charla en familia, yo no tenía ganas de hablar, así que me escapé rápido “tengo sueño, me voy a echar una siesta, sino me despierto antes de que os durmáis vosotros no hagáis que me levante, buenas noches”.
Pi pi, pi pi, suena el despertador, las siete de la mañana, un día más de clase, un día más de risas, un día más de energía solar."
Teresa Jiménez Casas

Imagen:
http://www.hormigasolar.com/energia-solar/

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