domingo, 21 de abril de 2013

EL DE BOSTON, ALGO MÁS QUE UN MARATÓN

Pocas pruebas atléticas tienen en sí mismas un significado tan lleno de connotaciones como el maratón: afán de superación, sacrificio, resistencia al dolor, aceptación de desafío, etc. Estas se multiplican cuando del que se habla es del maratón de Boston, y todo ello antes de los tristes acontecimientos ocurridos en la edición de este año. Esta prueba se celebra de forma ininterrumpida desde 1897, por lo que se considera el maratón más antiguo del mundo. También es el primero que contó con mujeres entre sus participantes, aunque no lo tuvieron fácil: Roberta Bobbi Gibb, lo corrió en  1966 y 1967, pero lo tuvo que hacer de forma clandestina, sin dorsal, pues las teoría de fisiología femenina, formuladas por hombres, afirmaban que las mujeres no podían correr más allá de los 3.000 metros. En 1967 se inscribió Katherine Switzer que sí consiguió dorsal, el 261, gracias a que se inscribió amparándose en la inicial de su nombre y no con él completo. La idea no fue del agrado del director de la carrera, como puede observarse en las imágenes publicadas en El País:
 
El director del maratón intenta expulsar de la prueba a Katherine Switzer,
 a quien defiende su novio, durante la celebración de la carrera en 1967. / AP

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