"El bibliotecario, para poner entusiasmo en su tarea, necesita creer en estas dos cosas: en la capacidad de mejoramiento espiritual de la gente a quien va a servir, y en la eficacia de su propia misión para contribuir a este mejoramiento."
MARÍA MOLINER
María Moliner es conocida por el Diccionario que lleva su nombre. Hoy la traemos aquí como mujer que hizo importantes aportaciones en el ámbito de las bibliotecas.
Nacida en Zaragoza en 1900, estudió en la Institución Libre de Enseñanza y cursó Filosofía y Letras animada por el interés por la lingüística que le inspiró Américo Castro. Luego ingresó en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios.
Colaboró en las Misiones Pedagógicas de la República, que centraron su interés en la educación de los adultos marginados, ofreciéndoles los medios necesarios para su mejora educativa.
Su mayor esfuerzo fue la creación de pequeñas bibliotecas en el medio rural, que permitían que el libro llegase a los rincones más apartados.
La carta a los bibliotecarios rurales que redactó María Moliner y que se publicó en Valencia en 1937 como prólogo a las Instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas, merece salir de los archivos. También María Moliner merece ser admirada.
Imagen:
reeditor.com
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