miércoles, 9 de febrero de 2011

ESCRIBIR EN CLASE DE FÍSICA

    En relación con el tema del calor, y analizando cómo influye la quema de plásticos en el efecto invernadero, en un grupo de 2º de la ESO, surge como tema de redacción “Soy una bolsa de plástico” Aquí aparecen dos muestras de sus resultados.

RAFI DUEÑAS

SOY UNA BOLSA DE PLÁSTICO

   Si fuera una bolsa de plástico la gente que me fabricó habría necesitado petróleo y habría agujereado la superficie terrestre para buscar esa sustancia.
     Más tarde pasaría por una fábrica para que me diesen forma, color, tamaño, etc., junto con mis “hermanas. Después me mandarían a una tienda, a un centro comercial o, incluso, a una farmacia, para que la gente depositara dentro de mí todas las cosas que no puede llevar en las manos. Pero cuando la gente coge una bolsa coge petróleo, gastando así ese combustible fósil tan necesario.

     Cuando me rompa, la gente me verá inútil y me tirarán a la basura. Lo que ellos no saben es que no me deterioraré hasta dentro de muchos años e iré por ahí, sola, hasta que desaparezca.
      También hay bolsas de tela. De ellas dicen que son mejores, que no se rompen y que soportan más peso, pero la verdad es que son más caras, y no lo digo por envidia, cierto es que no tardan tanto tiempo en deteriorarse, ni necesitan petróleo, pero son más grandes y ocupan más espacio.
     Sinceramente creo que las bolsas de tela son unos grandes ejemplos a seguir en nuestra comunidad, y todas las jóvenes bolsas de plástico quieren ser como ellas.
FRANCISCO DAVID JIMÉNEZ ALCÁZAR

SOY UNA BOLSA DE PLÁSTICO
     Me fabricaron simplemente con gránulos de resina de polietileno lineal que se fundía. Los gránulos se combinaban con otras resinas de baja densidad en un mezclador, donde se transformaban en un material homogéneo. Para fundirlos en la extrusa hizo falta calentarlos hasta los 240º. El resultado fue una película de polietileno en forma de tubo, de varios cientos de metros de longitud. A medida que se iba enfriando comenzaba el trabajo de los rodeos, que servía para aplastar el tubo que había resultado y dividirlo para trabajar mejor la película de polietileno. En otra máquina una cuchilla nos cortaba de un determinado grosor. Después nos coloreaban con los colores deseados. Por último, una máquina corta las bolsas de plástico. Produce 150 bolsas por minuto. Finalmente, otra máquina perforadora hace las asa.
      Cuando terminaron de fabricarme me llevaron a un supermercado, y cuando ya no servía… me echaron a la basura orgánica. Solo el 1% de las bolsas de plástico se reciclan y yo no estuve entre ellas, pues me tiraron  en el contenedor de orgánica.
     Las bolsas son arrastradas a diversas partes del planeta tierra: mares, ríos, lagos, o a las costa, donde yo acabé.
    Las bolsas de plástico nos fotodegradamos. Nos convertimos así en petropos, limeros más pequeños y tóxicos, que contaminan los suelos y las aguas, produciendo gran daño en la fauna silvestre, por lo que ahora, en algunas tiendas y supermercados, ya no dan bolsas de plástico.
ANA IFEAMA OKEKE

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