jueves, 15 de septiembre de 2011

LA LECTURA EN LA "GUÍA DE DERECHOS Y RESPONSABILIDADES DE LAS FAMILIAS ANDALUZAS EN EDUCACIÓN"

La Consejería de Educación ha elaborado unas Orientaciones y Guías de Derechos y Responsabilidades de las familias andaluzas en la educación que pretenden una mayor corresponsabilidad de las mismas en la educación de sus hijos e hijas.
Nos vamos a referir a la de Secundaria y, en concreto, a su apartado dedicado a la lectura que reproducimos a continuación. Valoramos el esfuerzo pero nos produce una cierta perplejidad y, a la vez inquietud, pues en la práctica, su contenido puede estar destinado solo a la mitad de los padres y las madres de Andalucía: La encuesta llevada a cabo por CONECTA sobre Hábitos de lectura y compra de libros en España en 2008, publicada en 2009 con el patrocinio de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, arroja los siguientes datos con respecto a nuestra Comunidad:
          Lectores frecuentes: 35´8%
          Lectores ocasionales: 14´3%
          No lectores: 49´9%
Estas cifras nos colocan a la cola del Estado español, solo superados por Extremadura y Castilla la Mancha.
La bienintencionada Guía, recién publicada por la Consejería de Educación, parece no conocer estos datos o, al menos, no tenerlos en consideración a la hora de elaborar su contenido. Solo se contagia y fomenta lo que se ama y practica, ¿qué pasa con los hijos y las hijas de ese casi 50% de la población andaluza que no lee?. Es un grave error prescindir de este dato, pues la lectura, que tendría que ayudar a superar deficiencias de origen y debe llegar a ser compensadora de desigualdades, se puede convertir también en un elemento que haga mayor la brecha, lo que no beneficia en la lucha contra el fracaso.
He aquí el contenido de la Guía de Secundaria en lo que al fomento de la lectura se refiere:
CÓMO FOMENTAR SU AFICIÓN POR LA LECTURA
Una de nuestras principales tareas para ayudar a mejorar la educación de nuestros hijos e hijas es continuar fomentando su afición por la lectura como experiencia vital. Cuando nuestros hijos e hijas eran bebés les animábamos a hablar, de la misma manera, les podemos continuar estimulando su afición por leer en cada etapa de su vida.
En estas edades la lectura es una actividad más privada y abarca múltiples formatos pero esto no impide que nos interesemos por lo que leen, compartiendo momentos de diálogo.
Podemos contribuir a estimular la práctica lectora con experiencias variadas y situaciones reales habituales.
Os ofrecemos una serie de sugerencias y orientaciones para continuar siendo lectores activos.
ORIENTACIONES
  • En la vida cotidiana se presentan muchas situaciones que se pueden utilizar para animarles a leer y escribir: recetas, carteles, cuentos, periódicos, folletos, catálogos.
Leemos para orientarnos cuando salimos a la calle, para localizar lugares,    información, paneles, rótulos…
Leemos y escribimos para viajar, buscar lugares, planificar, localizar horarios, visitas…
Leemos y escribimos para jugar, ver instrucciones, cómics, adivinanzas, cuentos…
Leemos y escribimos para comunicarnos, felicitar, hacer notas, recados, cartas, correos electrónicos…
Leemos y escribimos para comprar, comer, recordar…
Leemos para conocer la actualidad, noticias, titulares, agenda, fiestas, acontecimientos deportivos…
  • Fomenta su visita a la biblioteca de tu ciudad, también a museos y lugares de interés patrimonial.
  • Fomenta el uso de herramientas de consultas, libros, diccionarios, enciclopedias, internet. Ayúdalo a buscar palabras en el diccionario si es necesario.
  • Coordina con su tutoría lecturas recomendadas y favorece la creación de su biblioteca personal. Regálale libros y deja que los elija.
  • No dejes de leer en voz alta con él o ella. Muchas lecturas merecen ser compartidas y despertarán su curiosidad.
  • Tengamos libros en casa. Lee delante de él o ella, si nos mostramos como lectores habituales nos imitarán. Háblale de lo que leemos, de lo que nos gusta, nos sorprende, nos interesa.
  • En la adolescencia su lectura es más privada. Pregúntale e interésate por lo que lee. Disfruta de los libros que utiliza en cada una de las etapas de su vida.
  • Limita el tiempo que pasa frente al televisor y al ordenador y haz de la lectura un placer alternativo y compartido.

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