Como viene siendo habitual en los últimos años, el viernes 8 de abril, tuvimos la inmensa suerte de oir los versos de estos dos poetas que visitan la ciudad con motivo de Cosmopoética.
El mejicano Marcelo Uribe, nos deleitó, con ese acento sudamericano tan característico y tan cadencioso para el verso, con poemas sacados de su última obra La última función, publicado en España por la Editorial Pretextos. El libro en sí es una colección de poemas que suponen " un intento de ir rescatando de la devastación del tiempo algunas imágenes, como retratos, desde las que interpela al lector para que reflexione sobre su inefable finitud" en palabas de Vanessa Gutierrez. Dividido en tres partes, se adentra en el misterio con un tono meditativo a lo que ayuda el tipo de poemas: breves en su mayoría, y escritos con verso corto, lo que los convierte casi en proverbios.
El libro tiene un cierto tono elegiaco, aunque no llega al pesmismo, y en él convierte al amor en tema básico desde la perspectiva de la ausencia y no de la pérdida.
Destaca como recurso expresivo "la luz" y todo el universo semántico que la rodea: destello, mirada, fulgor, etc.También utiliza " el río" como metáfora y referente.
En resumen es un poemario homogéneo que busca indagar en la memoria y en los recuerdos que en ella se incardinan, como lo demuestra el poema en que recordó la pérdida de un amigo en un accidente.
El navarro Hasier Larretxea, leyó poemas de su última publicación Azken bala (La última bala), libro publicado en bilingüe( euskera/ castellano) por una Editorial andaluza, Point de Lunette, tras haberlo intentado en editoriales vascas.El libro es una arefflexión, una especie de "exorcismo vital", una limpieza interior que ha permitido al autor desprenderse del contexto social y político vasco ante el que no podía quedarse en silencio, porque como él mismo reconocía: " El silencio es también una forma de violencia, quizá la más brutal de todas".
La poesía de Hasier es, rememorando algunas palabras de Gabriel Celaya: " un arma cargada de futuro" en la que el autor adopta y eleva la valentía en forma de palabra como única bandera que perdurará hacia la consecución de la paz.
En su poesía renuncia a comulgar con ideas ortodoxas y cuenta con una forma en la que no recurre a la metáfora ni a la complicación formal, únicamente usa palabras claras y situaciones reconocibles con un depurado estilismo en el que no renuncia a la ironía, incluso al sarcasmo,que solo puede permitirse quien, de alguna manera, ha formado parte del conflicto vasco.
De su lectura, impactó la que hizo en euskera del poema que luego tradujo como Construyamos un pueblo.
En fin, nuevo episodio más de Cosmopoética en nuestro Centro en el que, aparte de la excelente calidad de los poetas visitantes, habría que destacar el comportamiento de nuestros alumnos asistentes,y la colaboración de los compañeros en todos los niveles.
Mis más sinceras gracias a todos
Antonio Zamora Ortiz
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