Cansado de todos los que llegan con palabras, palabras, pero no lenguaje
parto hacia la isla cubierta de nieve.
Lo salvaje no tiene palabras.¡Las páginas no escritas se ensanchan en todas direcciones!
Me encuentro con huellas de pezuñas de corzo en la nieve.
Lenguaje, pero no palabras.
parto hacia la isla cubierta de nieve.
Lo salvaje no tiene palabras.¡Las páginas no escritas se ensanchan en todas direcciones!
Me encuentro con huellas de pezuñas de corzo en la nieve.
Lenguaje, pero no palabras.
Tomas Transtömer, El cielo a medio hacer. Traducción de Roberto Mascaró. Editorial Nórdica. Madrid, 2010.
Haruki Murakami y Bob Dylan, los hasta hoy máximos favoritos, pueden esperar. Distinta parecía ser la situación del poeta sueco más conocido y traducido, Tomas Tranströmer. Nació en 1931 y padece los efectos de una hemiplejia que le dejó sin habla y le paralizó el lado derecho de su cuerpo. Esto no le ha impedido dedicarse a su gran pasión: la poesía. Volvió a aprender a escribir con la mano izquierda, y ha seguido publicando libros con la ayuda de su esposa Monika. Hoy el Instituto Karolinska le ha concedido el Premio Nobel de Literatura. Mediante un comunicado lo ha justificado amparándose en que “A través de sus imágenes condensadas y translúcidas aporta un fresco acceso a la realidad”,
Un buen poeta aunque, como tantos otros, no sea muy conocido en nuestro país.
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