lunes, 9 de mayo de 2011

LA BIBLIOTECA DE PRINCE HENRY´S GRAMMAR SCHOOL

Hoy 9 de Mayo, Día de Europa, queremos aprovechar para acercarnos a una Biblioteca que hemos podido conocer gracias a la participación en un proyecto europeo, el Comenius. Se trata de la Biblioteca de Prince Henry´s Grammar School, de Otley, Inglaterra.

 En la presentación de su página webs encontramos lo que puede ser la clave de su organización y funcionamiento:
"Prince Henry's Libraries are here for you"

El lugar es un espacio en el que no se distingue la separación, tan frecuente en nuestros centros, entre sala de lectura y depósito de libros. Las estanterías, sin llaves ni cristales, rodean las paredes y el alumnado tiene acceso directo a los libros, revistas, prensa, CDs, vídeos, etc., que se encuentran clasificados y señalizados con carteles claros y muy visibles para facilitar su uso.

La biblioteca, gestionada por una bibliotecaria y una ayudante, distingue en su fondo dos grandes apartados, correspondientes a Información, con materiales de consulta, como grandes enciclopedias, de uso solo en ella, y otros que se prestan al igual que ocurre con  todos los incluidos en el apartado de Ficción, en el que se encuentran obras de fantasía, ciencia-ficción, novelas, poesía, etc., que se pueden llevar a casa. A ambos catálogos tiene acceso digital el alumnado de forma directa. Si va a hacer uso del material en la sala lo toma directamente y después habrá de dejarlo en el mismo lugar, si se lo lleva como préstamo lo tomará y lo llevará a las personas responsables, bibliotecarias o alumnado bibliotecarios (del que hablaremos más adelante), para su control.

Las normas de uso de la biblioteca están formuladas mediante enunciados de muy fácil comprensión en los que se pone de manifiesto lo que se puede hacer en ella (leer, consultar, usar el ordenador, escribir un ensayo o un poema, sacar fotocopias, dibujar, pensar, etc.) y lo que no se puede hacer (molestar, comer o beber, moverse por ella innecesariamente, incumplir cualquier regla del centro, etc.). A todo el alumnado se le facilita un documento en el que se le comunica las normas y que sirve de acuerdo entre cada alumno/-a y la biblioteca. Este documento ha de ser firmado por el responsable familiar.  
  
Además de acceder a su cuenta de la biblioteca para hacer uso del material de esta, el alumnado  además puede revisar su historial lector o listado de libros que ha tomado prestados desde que comenzó en el centro.  Este está  también a disposición del profesorado, lo que facilita el conocimiento de la trayectoria lectora del alumnado y sirve para evitar repeticiones de lecturas y lagunas.  
       
 El buen uso de la biblioteca está reconocido y premiado. Cuando un alumno/- se retrasa en la devolución del material que tiene prestado es avisado por el tutor/-a y es penalizado, pero cuando es puntual recibe unos tickets en reconocimiento. El alumnado que se distingue positivamente cuenta, por ejemplo, con una contraseña que le permite reservar libros a través de un programa informático, y se puede convertir en bibliotecario.

Este alumnado bibliotecario desempeña, en parte, un papel  similar al de nuestros ayudantes de biblioteca, pero su condición como tal está reconocida formalmente, y recompensada con créditos que tienen repercusión académica. El trabajo en la biblioteca lo llevan a cabo durante el recreo, la hora de la comida y, en ocasiones, tras la jornada escolar. Por cada sesión de trabajo reciben un crédito. 

Dentro de la propia biblioteca hay mesas con equipos informáticos, pero también encontramos un rincón presidido por un televisor. La pantalla está orientada de forma que no sea visible desde la sala, y está rodeado de unos cómodos asientos para que el alumnado pueda hacer uso de los DVDs provisto de auriculares.


En los pasillos de todo el centro hay carteles que animan a la lectura y que recuerdan sus beneficios. Algunos de ellos están protagonizados por profesorado de distintas asignaturas.

La impresión general que produce la visita es que es una biblioteca:
·        Sin miedo a perder material, a descolocarlo, a usar la biblioteca para algo más que la lectura o búsqueda de información, etc.
·       Cuya organización y funcionamiento está plenamente recogida en las directrices generales del centro y es conocida por toda la comunidad escolar.
·        Inserta en un centro que valora el papel de la lectura en el desarrollo del currículo, se implica en su promoción y reconoce al alumnado que así lo hace.
·        Que incorpora al alumnado en su organización y valora este trabajo de forma que se refleja en sus calificaciones.
·        Y que para todo ello cuenta con el personal cualificado necesario.

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